Familia

La finca Fuente Alcaide pertenece a la familia Blanco desde que nuestro bisabuelo la adquirió en el año 1867, una extensión amplia y abrupta, con zonas de sierra que conviven con terrenos arcillosos, y que desde su origen se dedicó a la cría de ganado y al cultivo de cereales y legumbres.

Durante aquellos primeros años, la finca sufrió la expropiación de una parte de sus tierras para la construcción de la línea ferroviaria de Granada por la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Málaga, propiedad de los industriales malagueños Jorge Loring y Oyarzabal, I marqués de la Casa Loring, y Manuel Domingo de Larios y Larios, II marqués de Larios.

Como contrapartida por aquellas expropiaciones forzosas, aquellos pioneros antepasados de la familia Blanco recibieron billetes vitalicios que les permitían viajar gratuitamente en los primeros trenes andaluces.

Desde aquellas décadas lejanas del final del siglo XIX, Fuente Alcaide había sido una finca predominantemente agrícola y ganadera. En el campo los cambios pueden tardar décadas en materializarse y suelen ser fruto de un proceso lento, acorde a los ritmos que marca la propia naturaleza.

Llegado ya el siglo XX, la finca continuó dedicándose a la cría de ganado y al cultivo de una gran variedad de productos agrícolas. Había en Fuente Alcaide vacas, ovejas y cabras. Pero llegada la década de los cincuenta trajo consigo una novedad que cambiaría para siempre el aspecto de las fincas de la zona: el olivo.

Algunas fincas colindantes habían comenzado a plantar olivos en sus tierras y don Jacinto, tío abuelo de Manuel Blanco, actual director de nuestra empresa, tomó la decisión de dedicar parte de sus tierras a los olivares, intuyendo que en este árbol de cultivo milenario estaba el futuro del campo andaluz. Corría el año 1959. Se intentó introducirlo en la finca mediante el trasplante del olivo silvestre, el acebuche, pero éstos no terminaron de cuajar. A su vez, se hicieron pruebas con distintas variedades, principalmente un tipo de hojiblanca mezclado con manzanillo, tradicional de la zona, y que a día de hoy son los olivos más antiguos de la finca.

La desgracia quiso que don Jacinto falleciera muy poco tiempo después de iniciado el proceso de introducción del olivo en la finca y su hermana, a la sazón abuela de Manuel, dispuso que todo siguiera como estaba, es decir, que se continuara dedicando Fuente Alcaide al ganado y la agricultura. Al fin y al cabo, era una decisión sensata, pues los avatares del campo exigen a uno ser prudente.

Pero el olivo se expandía por toda Andalucía.

Las circunstancias sociales y económicas de los años setenta hacían cada vez más complicada la cría de ganado. Pero con la llegada de la década de los años ochenta, Manuel Blanco se hace cargo de las labores de Fuente Alcaide, decidido a retomar la idea de don Jacinto de dedicar la finca al olivo. Desde entonces, hemos ido progresivamente dedicando más terreno a olivares, hasta la actualidad en que es el principal producto de la finca.

A los tradicionales olivos hojiblancos, la familia Blanco añadimos, casi al filo del siglo XXI, el arbequino, variedades que marcan el presente de la finca Fuente Alcaide y la extraordinaria calidad de nuestro aceite de oliva virgen extra Blanco.